María
y su Corazón. Hoy hacemos alusión al Corazón de María. Según la
espiritualidad bíblica el corazón representa la interioridad de cada
persona: con el corazón se ama, se recuerda, se toman decisiones; el
corazón es el motor dinámico de todas las acciones exteriores. Nosotros
representamos el Corazón de María ardiendo en el fuego del amor a Dios y
a la humanidad; rodeado de flores como símbolo de la belleza y bondad
con que Dios quiso adornarla; atravesado por la espada de la Palabra de
Dios que la trasforma y la hace santa. Decimos que es un corazón
inmaculado porque vemos en María la mujer victoriosa sobre el mal, sobre
la caducidad y la muerte; inmaculado porque desde su concepción fue
toda de Dios, como inicio de la nueva creación. Ser hijos del Corazón de
María es reconocer una herencia genética particular que nos invita a
vivir un estilo de vida donde tienen primacía la bondad, la ternura y la
misericordia. Que ella nos ayude a ser de veras hijos e hijas de su
Corazón.
Celebremos convencidas que
nos ha tocado un lote hermoso y testimo-niemos al mundo que nos encanta nuestra
heredad.
Que en este día, y a lo largo de nuestra vida,
consideremos que El Señor nos ha bendecido abundan-temente con el don de la
vocación en MCM.
Celebremos
este fiesta con María ejemplo y testimonio de confianza y apertura a Dios para
responder a la llamada cotidiana del Señor y con la fuerza carismática de
nuestro Fundador y la coherencia de nuestras hermanas Beatas, Carmen, Rosa y Magdalena.
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