La Fiesta de la Inmaculada nos congrega a todas las hermanas de la Congregación en el acto de la renovación de nuestros Votos.
Renovar los votos cada año en la fecha señalada para todo el Instituto, tiene para mi más fuerza de convocación que de personalización. Es Celebrar la COMUNION. Una COMUNION que se ha ido tejiendo de fidelidades personales… fidelidades institucionales… a un Carisma, a una historia…; fidelidades que se traducen en respuestas tan plurales, como plurales son las múltiples presencias, situaciones, países, etc., donde se concretan y expresan lo que hoy somos y estamos llamadas a ser y vivir como MISIONERAS CORAZÓN DE MARÍA, por gracia y como don.
Renovar… es hacer novedad la consagración…Y cada año es nuevo, porque nueva es la vida de cada día…. nueva luz… nuevas llamadas…; nuevos documentos… nuevo proyecto comunitario, congregacional… nuevas situaciones de las hermanas y hermanos… de la sociedad… de la Iglesia, del mundo… y nueva la llamada a permanecer abiertas a la “nueva visión” que nos traerá novedad para vivir “los Votos hoy”.
Y este año, una vez más, sintámonos dispuestas para renovar, celebrar, acoger,
agradecer, compartir… entregarnos a Dios totalmente y sin reservas. Solo El
merece nuestro corazón y puede hacerlo feliz”. (T.E. 64) Y “recibirá luces que
proyectarán claridad sobre toda su vida” (T.E. 162.-)
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